jueves, 25 de abril de 2013

fe de erratas de la divina comedia (o del divino comediante)

eso es: una explosión nuclear o nuevo y más modesto big bang al revés (sea eso lo que sea que ya lo averiguaremos). y ya no más escoria humana en el universo. volemos todos en infinitos e ínfimos fragmentos ( será la única vez en que estemos todos de acuerdo), hagamos lo único que tiene sentido y vale la pena hacer: desaparezcamos, evaporémonos, estallemos de una buena y bendita vez. que no se perderá nada que no esté ya más que perdido. creemos por ahora en alguna divinidad o providencia: la que va guiando al hombre a su propia y definitiva autodestrucción. a lo largo de estos pobres milenios de inexistencia grotescamente disfrazada hemos recurrido a esas entidades recónditas producto del miedo, el hambre y la indigestión pero ésta nuestra de ahora es distinta, a ésta le pedimos todo lo contrario... una festiva y efectiva explosión nuclear: solo remedio para esta incurable  imbecilidad humana que ya pesa, sí, ya pesa y tanto; se ha venido acumulando durante esos mismos milenios y al cabo está haciendo vacilar a la tierra sobre su eje. ni la tierra ni ningún atlante podrían soportar tanta carga (pero tampoco podemos seguir esperando hasta el  día en que el peso de tanta proyección-eyección: deyección acabe de desconcertar del todo al planeta). sí, ya, que vuele todo, aleluya, que no quede ni el olor de esta especie inmunda (el que escribe, el que lee) que un día asoló a esta burbuja rastrera perdida también en un cosmos que tampoco sirve para nada sino en última instancia y solamente para dispersar nuestros átomos tan inconcebiblemente lejos y a ninguna parte que jamás pueda volver a ser posible ni aquí ni en constelación alguna el sórdido, pestilente e infecto milagro de la vida.

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