martes, 21 de febrero de 2012

De la plenitud (*)

No, nadie nos prepara


para vivir. Y mucho menos


se nos prepara


para vivir en plenitud.


Pero eso sí hay gran cuidado


de que aprendamos


no a vivir sino apenas


a transitar nuestro trecho


de acuerdo con sus reglas


y normas y leyes y dictados.


Y cuando estamos para morir


todavía creemos –y es admirable-


que hemos vivido.


Y a esa infecta, sórdida atrofia


nos seguimos aferrando


con uñas y dientes que siempre


nos faltaron para decir no


y vivirnos sin renuncias ni desvíos.



(*)- Del libro inédito: Poemas exactos, físicos y naturales

No hay comentarios:

Publicar un comentario